Muchas
veces, con la ayuda del sentido común, estamos derivando sin darnos apenas
cuenta.
Naturalmente,
uno no necesita derivar en la vida diaria fuera del trabajo (y tampoco en la
mayor parte de las actividades profesionales). Sin embargo las derivadas son
necesarias en muchas aplicaciones prácticas en biología, mecánica, en medicina
bacteriológica, etc.
Especialmente
el concepto de derivada es fundamental para comprender y derivar fórmulas que
luego tienen una aplicación importante en la industria y en la ciencia en
general, que es la que definitivamente inspira las innovaciones industriales.
Las
derivadas se utilizan para optimizar sistemas que se expresan mediante
funciones más o menos complejas. Otra de sus aplicaciones es hallar los valores
máximos o mínimos de ciertas expresiones (por ejemplo una inversión compleja en
economía financiera). Otra es hallarlos intervalos de crecimiento o
decrecimiento de valores de interés, siempre que se puedan representar mediante
funciones, naturalmente.
Si
sabemos por ejemplo que los campeones de 100 metros lisos corren esa distancia
en unos 10 segundos, al calcular la velocidad promedio de 10 metros por segundo
(36 km por hora) estamos haciendo una derivada, bajo el supuesto de que la
velocidad fuera constante (velocidad promedio).
Ejemplo:
quieres comprar un auto y solamente te dan como da toque acelera durante el
arranque a 3 metros por segundo cada segundo. Pero te interesa conocer el
espacio que necesitas recorrer para pasar a 120 km/h, y el tiempo que necesitas
para ello:
Entonces
planteas a = 3 = d^2x /dt^2, lo que significa que
dx
/dt = 3 t (la operación es la inversa de la derivada, pero el concepto es el
mismo).
Será
pues
120
km/h = 120* 1000/3600 = 3* t ---> t = 400/36 = 11,11 segundos, y el espacio
que hace falta recorrer será
x
= 3/2 t^ 2 = (3/2) 11,11^2 = 185 metros.
Con
esos datos puedes valorar si te conviene el comportamiento del auto.
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